Siento que quiero escribir hasta asfixiarme en palabras. Quiero decir tantas cosas, todas agolpadas a la vez en mi mente confusa e irresponsable.
Haciendo un examen acucioso de mi ser y mi comportamiento del último tiempo, he llegado a determinar lo mucho que me desagrado a mi misma en mi manera de manejar los sentimientos y las relaciones con las personas. Excepto contadas personas que me conocen muy bien y saben como soy... Soy volátil, fugaz, desenfocada, depresiva y descuidada. Quiero hacerlo todo, estar en todas partes, compartir con todos. Pero como dicen... quien mucho abarca poco aprieta y me he descuidado de algunas relaciones que realmente son de cuidado, porque son para toda la vida inevitablemente.
En parte está la familia. A la cual abandono a la primera brisa de panorama aparte. Salir con algunos amigos ha sido mi prioridad. Me he portado egoísta, pensando en pasarlo bien yo, en tener mi vida armada y simplemente ser aquello que creo ser, sin pensar en como afectará ello a quienes viven conmigo. Lo tomo como parte de crecer, de tomar al fin la vida en mis manos y tomar mis decisiones. Debo hacerme tiempo para compartir más con mi familia y ser con ellos tanto como soy con mis amigos.
En segundo plano y no por eso es menos importante... mis relaciones personales. Llevo poco más de 1 año desde que decidí que no quería fingir más ser alguien que no soy y dejé a mi pareja de ese momento para dar la cara a mi realidad, a mi sexualidad y comenzar una búsqueda de mi identidad como mujer, como lesbiana. Desde eso he tenido nada más que relacioncitas... cosas de momentos, daños graves y desvíos de lo importante. Me he dedicado a coquetear sin vergüenza, a pesar de que nunca me he vuelto a entregar a una relación como en la última que tuve. Y probablemente por eso mismo sea que no me he vuelto a entregar. Por esa última relación, de la que no salí tan victoriosa como la anterior a esa. No se puede ganar siempre ¿no?
Debo dejar de lado el miedo que tengo a volver a dañarme con un amor. Entregar mi corazón parece una manera de hacerlo... pero para eso necesito dejar de coquetear con todas las mujeres que merecen mi atención, que me son atractivas. Quiero algo con significado, algo que no me haga volver a caer, alguien que me ayude con mi dolor, mi incongruencia, que mis personalidades múltiples todas se alineen con ese sentimiento y sepa al fin comportarme como una mujer de verdad y ya no una niña que no sabe que dulce escoger.
Me siento un poco así. Y no es bueno, es incómodo... y como ya he demostrado en incontables ocasiones, es la incomodidad con ciertas cosas las que nos llevan a cambiar. Son las cosas que nos molestan en nuestro fuero interno las que nos hacen reflexionar, pensar y cambiar finalmente.
Ya sabes que no cambiaré por nada ni por nadie si no siento la necesidad.. bueno, ahora la siento. Es momento de cortar la mierda y empezar a ser una mujer completa, que no busca a su pareja ideal, la espera; que no pretende saberlo todo, y sobre todo... que tenga la fuerza suficiente para darse cuenta de esto y hacer algo al respecto.
Lamentablemente el tiempo no es mi amigo hoy y no puedo escribir nada más de lo que tenía en mente... no logro tomarme el tiempo suficiente para desenredar la madeja que tengo en la cabeza, pero al menos hay dos grandes temas que me alivia sacar de mi ser.
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