sábado, 8 de enero de 2011

Una jugarreta de Cupido.

Pasó como una ráfaga a mi lado... sentí su zumbido en mi oreja, como un zancudo pero muchísimo más rápido. Inmediatamente me voltee para ver que era eso. Con sorpresa noté como una flecha de Cupido golpeaba en el pecho a la chica detrás de mi, la miré a los ojos mientras la flecha surtía su efecto mágico, acto seguido ella respondió mi mirada... Pero fue mi corazón el que comenzó a latir más rápido, entonces noté que la flecha no sólo la había golpeado a ella, sino también había derramado algo de magia en mi oreja al pasar tan rápidamente. Nada más que eso fue suficiente para enamorarme como adolescente del primer amor.

La primavera se prolonga en nuestros corazones ahora y vivimos en un mundo donde no existimos más que tu y yo gracias a una flecha caprichosa que insistió en golpear a dos personas tan distintas. Una tarde de Diciembre.