Sólo Dios conoce la razón por la que me marché así de improviso. Quería y necesitaba estar a solas sin que nadie supiera donde iba a estar... los tiempos en mi vida estaban complicados y nada podría ayudarme a aclarar la mente como estar sola sin presión alguna de nadie.
Conducía tranquilamente por el camino de un solo sentido hacia un pueblito pequeño entre las montañas donde lograría reconectarme conmigo. El paisaje cada vez más verde y a cada kilómetro disminuía la cantidad de autos en el camino, lo que me hacía sentir cada vez más paz.
Aún era temprano, algo así como las 11:30 de la mañana y ya estaba a punto de llegar a mi destino. Cuando faltaban unos cuantos kilómetros mi corazón comenzó a latir con fuerza sabiendo que el lugar al que me dirigía era magnífico y que la respuesta a todas mis dudas estaba ahí.
Mi cabeza no dejaba de dar vueltas alrededor de lo mismo: ¿Cómo es que pasó todo? ¿Por qué permití que todo esto pasara con mi corazón? Era un caos, cualquier cosa que pensara me llevaba al momento exacto en que pasó todo.
Llevaba casi dos años de relación con una maravillosa persona que me amaba y me acompañaba en todo momento. Pero no sabía si le amaba... no tenía seguridad alguna y realmente estaba llegando a un momento crítico en que necesitaba saber si le amaba. ¡Ah! pero apareció alguien más, una persona a la que yo no tomaba en cuenta y rechazaba todas y cada una de sus invitaciones. Pero un día me sorprendió con la guardia baja y consiguió una cita conmigo.
Nos encontramos en un lugar y se dió entre nosotros una buena comunicación, conversamos de todo y nada, conociéndonos mejor. Me divertí mucho. Pero llegó un momento en que la conversación se desvió en rumbos que no esperaba.
Mientras estabamos recostados en un parque, en el pasto, me preguntó si me gustaría besarle. Le miré a la cara, no me desagradaba. Luego los labios, bellos labios carnosos y que invitaban a ser mordidos. Creo que su pregunta me sugestionó a mirarle con tanta atención, me gustó lo que vi y fui a por ello. Se acercó a mi mirándome con coquetería de tal forma que no fui capaz de moverme ni un milimetro...
Ooh Dulce beso del engaño que me cautivó, que logró robarme el aliento y el recuerdo de mi pareja del corazón.
Recordé el roce de su nariz contra mi cuello y quise cerrar los ojos para recordar el momento por completo. La manera en que me miró, en que quitó mi mano de mi abdomen donde quería poner SU mano.
Sin embargo regresé mi mente al camino. Necesitaba concentrarme en conducir, dentro de no más de quince minutos tendría la oportunidad de dejar vagar mi mente nuevamente, cuando ya estuviera en mi habitación en la pequeña recidencial en la que me quedaría mientras estuviera alejada de la civilización capitalina.
Continuará...
Bien... esto es por ahora, nada más un esbozo de lo que estoy planeando escribir. Supongo que lo continuaré cuando tenga tiempo. Aún espero comentarios y criticas.
Aprovecho este momento para agradecer a Oscar por comentar ^^
Nos vemos la proxima vez.